No sé si será porque los ajedrecistas somos unos sosos, pero el escrito de José Sande Pedro, Juan y la ingenuidad publicado en AjedrezND es de lo más divertido que he leído últimamente en el mundo del ajedrez (y no será por falta de chorradas y frikadas varias). Quién haya hecho algo, por poco que sea, en ajedrez, seguro que se encuentra identificado en alguna de las situaciones ¡y hasta le pone cara y nombre a alguno de los personajes descritos!
Pedro “el risueño” era conocido en su pueblo por ser un excelente panadero y un fanático aficionado al ajedrez. Su gran ilusión compensaba su escaso nivel y capacidad para el juego, las tardes que tenía libres las dedicaba a dar clases de forma altruista a los jóvenes en el bar. Poco a poco la afición al juego de reyes iba aumentando en la localidad…
Ese año en las fiestas de “La ingenuidad” decidieron hacer un torneo paralelo al de futbolín…
Qué artículo más grande !!!!
Lo lei primero en Ajedrez ND y me parece genial. Cuantas situaciones familiares, verdad?
Demasiadas, demasiadas 😛
No obstante, a mi el debate sobre el «profesionalismo» me trae a la cabeza lo que nos pasó en uno de los Open de Oviedo, donde el ganador no aceptaba un cheque como pago porque afirmaba no tener cuenta bancaria y por tanto no poder cobrarlo 😛
Creo que tampoco quería tener relaciones con la Hacienda Pública 😉
Mucho cachondeo pero me parecen más realistas las teorías del MI Paramos y GM Korneev. Hay que hacer algo!
Lo de meterse con Leontxo, no lo entiendo.