Extracto, pág. 113:
Dhuoda me está enseñando a jugar al ajedrez, un extraordinario pasatiempo procedente del reino árabe de Valencia.
–«Bueno, el ajedrez viene de más antigüo … hace ya más de un siglo, mi pariente el rey Alfonso VI de Castilla levantó el sitio a la ciudad mora de Sevilla porque perdió una partida contra el rey Al-Mutamid … eso sí, Alfonso se llevó el ajedrez, que era de sándalo, oro y ébano, y duplicó el tributo que le tenían que pagar los sevillanos … «-me explicó Dhuoda con un gracioso mohín de suficencia-. «Pero hace poco, en el reino de Valencia, añadieron al juego la figura de la reina. Y eso es esencial. Ahora que ya sabes jugar, Leo ¿Tú te imaginas el ajedrez sin reinas? Sería como el hipocras sin especias… algo muy aburrido e insustancial. El mundo necesita reinas y los hombres nos necesitais a las mujeres.»