«Lo que es preciso recalcar es un hecho muy sencillo: un genio del ajedrez es un ser humano que concentra dones mentales vastísimos, poco y mal comprendidos hasta ahora, y que se desvive por lograr la culminación de una empresa humana en definitiva trivial. De un modo casi inevitable, esa concentración genera síntomas patológicos de estrés nervioso, de irrealidad»
— George Steiner, Campos de fuerza (1973)