Una escena, más habitual de lo que debería ser, en los torneos privados: la organización invita a un jugador profesional y este decide no acudir, en algunos casos para jugar otro torneo en la misma fecha.
La Federación Catalana ha decidido tomar cartas en el asunto sancionando las incomparecencias injustificadas de jugadores profesionales (entendiendo por tales aquellos que perciben algún tipo de remuneración por acudir a jugar, incluyendo la invitación al torneo) en aquellos torneos que estén homologados por la Federación Catalana.
Evidentemente, la gracia no es sólo sancionar, sino tener el poder de que la sanción se cumpla, algo fácil en Cataluña dado el elevado número de jugadores profesionales en sus clubes. A partir de ahora, alguno se lo pensará mejor antes de dejar colgado a un organizador. Otro tema será el de la prueba para poder demostrar la profesionalidad.
No son menos graves las de los aficionados, que suelen pasar desapercibidas. Pero en un torneo de 9 rondas, que un jugador duro gane la primera partida por incomparecencia implica que sus opciones de norma quedan en cero