Leemos en El País un artículo de Leontxo García sobre Bobby Fischer con motivo del 26º aniversario de su desposesión del título en favor de Anatoly Karpov.
En él podemos encontrar interesantes datos sobre la biografía y personalidad del norteamericano más allá de sus ocurrencias en el tablero y que posiblemente hicieron que el ajedrez fuera más popular que nunca en los medios de comunicación.
Y ahora, en un mundo en que el ajedrez compite con otros deportes, acontecimientos o aficiones por lograr notoriedad y en el que nos miramos el ombligo convencidos de que Internet es la panacea que llevará al ajedrez a todo aquel que le interese parece olvidársenos que no basta sólo con llegar a las minorías (aunque sea una inmensa minoría que decían en La 2) sino que hay que tener presencia en los medios de comunicación de masas que llegan a millones de personas en todo un país. Y eso es algo que parece que en los últimos años no se repite, al menos no desde los ya míticos duelos Karpov-Kasparov como el de Sevilla de los que en menor o menor grado todo el mundo estaba enterado.
Será que sólo el morbo arrastra multitudes espectantes …
Pero Fischer es Fischer y levanta pasiones allí dónde va o habla. ¿Recordais sus declaraciones a una radio filipina negando el Holocausto y en favor de los nazis? Genio y figura, loco pero cuando habla se acuerdan de él.