Ahora que comienza una nueva temporada, es un buen momento para recordar unas reflexiones escritas anónimamente hace unas semanas sobre el estado del ajedrez actual y el papel de los jugadores. Realmente no creo que sean de gran aplicación para el campeonato de Asturias por Equipos que comenzó ayer (¿ o sí? mucho habría que decir de salas de juego …), pero sí para muchos torneos privados más preocupados de juntar banderas y titulados que de la dignidad del ajedrez.
Por mi parte, yo voy a añadir mi propia reflexión sobre la organización de eventos. ¿Por qué cuando un municipio organiza una actividad de ajedrez no suele disponer del material y depende de los clubes propios o ajenos? Si se organiza una competición de fútbol, baloncesto, balonmano, bolos u otras muchas competiciones, el propio municipio dispone de sus instalaciones y en ellas de sus balones porterías u otros objetos de juego. A nadie se le ocurriría que para una actividad de baloncesto el organizador tuviera que transportar las canastas y balones desde otra localidad y pedirlas a otros clubes, a nadie se le pasaría por la cabeza que además en ausencia de una cancha de juego el torneo se celebrara en un prado vecino a la localidad. ¿Por qué en ajedrez jugamos en salas inadecuadas y organizamos eventos en localidades que no tiene una mínima infraestructura ni parecen tener deseos de tenerla? Una sala polivalente con mesas en condiciones, unos tableros y juegos de piezas aunque sean de plástico, incluso unos relojes. Es dinero, e inversión cara a futuros eventos, pero puestos a sumar no será más de lo que seguramente se gastan en otras actividades gastronómicofestivopatronales y pseudoculturales. Eso, seguramente también es lo que el autor denomina «conciencia de clase», pero al final, con tal de que se realice la actividad pasamos con lo que haya y siempre aparece el candoroso organizador dispuesto a remover más allá de lo que debería y aceptar las condiciones que haya. Porque como no tenemos pelota de por medio, no somos nada …
Os dejo con «Es No Ajedrez. La Conciencia de Clase»:
Mis reflexiones no son un ataque ni una crítica feroz hacia las federaciones – aunque no puedo salvarlas de la quema -, o los organizadores. Tal vez tenga motivos para realizar esa crítica hacia dichas personas o instituciones, pero en éste caso solo puedo replicarles su visión del negocio en detrimento del ajedrez y los ajedrecistas. Pero quizá no sea culpa suya. En un mundo y una sociedad en la que todo tiene un precio, no van a ser estos, los que vayan a competir por unos premios humanitarios.Mis reflexiones son una crítica hacia nosotros, los jugadores. Y es que si ni siquiera nosotros mismos, somos capaces de poner límite a nuestra dignidad y a exigir un mínimo de respeto, no creo que tengamos derecho a criticar o discutir las decisiones o las acciones que toman las respectivas federaciones o los organizadores de eventos privados.