Yo estaba en ICC en el milenio pasado. La evidencia más antigua que he encontrado en mi correo es una suscripción semestral de febrero de 1999, y posiblemente fuera una renovación ¿pero que falta hace retrotraerse a 1998 cuando has dicho lo del milenio pasado?
Y es que hubo un tiempo donde ICC (Internet Chess Club) era la única forma de jugar al ajedrez en Internet. Posiblemente, todos los que tenemos una cierta edad pasamos allí bastantes horas. Así era la web de ICC a finales de 1998 (gracias archive.org), cuando la suscripción se hacía por transferencia bancaria y se tenía que comunicar por correo electrónico a su representante en España, Ruy Mora (aka capawhite).
Pasaron muchos años en que ICC no tuvo rival, hasta la aparición primero de Ajedrez21 y EducaRed, y posteriormente de Chess24 y más adelante Chess.com. Toda una generación jugamos más de una década en esa plataforma con sus programas Dasher y BlitzIn (mi favorito), en la que ya existían los torneos en línea, los bots y hasta las trampas detectadas por el sistema más básico del evento de cambio de pantalla en Windows.
En algún momento de la década pasada, ICC cerró sus puertas prácticamente abandonado por los usuarios (mi última suscripción creo que caducó en 2012), con una tecnología de juego un tanto obsoleta, y con las retransmisiones en manos de Chess24
Este verano ICC anunció su renacimiento, manteniendo las siglas de Internet Chess Club, pero potenciando el nombre de ChessClub en detrimento del término Internet que quizá ya suena raro. Pude participar en las pruebas que se llevaron a cabo en agosto (¡gracias David!) y aunque ya no quedara nada del aspecto original al menos no era un espacio tan agobiante como el diseño de Chess.com.
Pero … aunque creo que es buena idea que nazcan nuevas plataformas, no le auguro un buen futuro. Actualmente, el mercado de ajedrez en línea está repartido en dos grandes plataformas:
- Chess.com que parece aspirar a privatizar todo el mundo del ajedrez en la Red (enclosing es el término adecuado en inglés cuando se habla de bienes públicos), con un aspecto y publicidad bastante USA, que te hace cuestionar eso de que el ajedrez enseña a pensar.
- Lichess.org que es una plataforma libre y gratuita, cuyo objetivo es poner el ajedrez en la Red al alcance de todo el mundo y en cualquier dispositivo.
No es necesario decir cual de las dos es mi favorita. Hace años que decidí cambiar la suscripción que pagaba a Chess24 por una donación mensual a Lichess, con cuyos objetivos y valores me identifico totalmente, tal y como debería hacer cualquier persona.
Y esos son los dos problemas para el nuevo proyecto de ICC ChessClub:
- Una plataforma comercial que aspira al monopolio del ajedrez en línea, con una base de usuarios que le proporciona un efecto red impresionante y una comunidad que, posiblemente por su nombre de dominio, les ha considerado como el lugar del ajedrez en Internet. Y un elevado número de suscriptores (¡Lichess, insensatos!) que les va a permitir mantener su posición dominante ante cualquier otro proyecto comercial que no tenga los bolsillos bien llenos para perder dinero a largo plazo.
- Una plataforma libre, que no es un competidor comercial aunque sí un competidor de dominio (¿verdad Chess.com?). Como todos los grandes proyectos libres no destruye mercados, sino que impulsa a la cadena de valor un paso más allá. Lo que convierte a Lichess en una plataforma adecuada para todo tipo de creadores y organizadores y en la verdadera amenaza/salvación al monopolio de Chess.com
Con este panorama ¿Qué le queda a ICC Chessclub además de la nostalgia de quienes lo conocimos en los albores de la popularización de Internet?
Ojalá el proyecto tenga éxito y pueda consolidarse como una alternativa comercial a Chess.com, porque creo que al mundo del ajedrez le vendría bien (no se si ha quedado claro que considero a Chess.com una amenaza al ajedrez tal y como lo conocemos), además de suponer un éxito personal para personas que están trabajando en ello y que han hecho mucho por la difusión del ajedrez.
Pero mientras tanto, yo seguiré con mi contribución mensual a Lichess. Para mi, la verdadera apuesta de futuro y de valores.