Los meones

15:30 h: Topalov está sentado delante del tablero y el reloj de Kramnik está corriendo. La «partida» comenzó a las 15:22 h hora local de Elista.

15:45 h: Kramnik está en la sala de descanso esperando a que se abra su retrete. Está a punto de comenzar la rueda de prensa del Sr. Makropoulos. De momento parece que la partida no va a comenzar a menos que se abra el retrete…

Fuente: corresponsal en Elista (Kalmikia) de ChessBase.com … parte de la crónica de la quinta partida del match por el Campeonato del Mundo.


Mannenken Pis

A estas alturas todo el mundo ya está al tanto de la historia, de las 50 visitas al baño de Krammnik y de porque uno dice que va y el otro busca una explicación. Y uno pide que se le acompañe al baño y otro que se le cierren. Y los dos parece que amenazan con abandonar el match (y quién no esté al tanto, puede ponerse aquí, aquí, aquí y aquí).

Tras leer este tipo de cosas a uno ya no le interesa si la culpa la tiene uno u otro, si Krammnik va muchas veces al baño porque no le gusta la sala de descanso, porque tiene incontinencia o porque usa algún dispositivo electrónico, y si es así bien haría Topalov en dejarle seguir usándolo porque visto lo visto quizá sea su única posibilidad de ganar el match. Y para más inri, Topalov fue hace unos meses víctima de similares acusaciones, lo que ya debería ser motivo por si sólo para que tuviera cuidado con estos temas.

Como aficionado al ajedrez la única satisfacción que tengo de todo esto es porque todavía la noticia no ha salido en la prensa generalista. En el momento en que lo haga a ver como le explicamos los ajedrecistas al amigo no ajedrecista esta situación. Luego nos llaman raros.

Quizá este tipo de situaciones se las pudieran permitir gente como Fischer, Kasparov, Karpov o Kortchnoi en las décadas de los 70 y 80 y en un mundo bipolar. El ajedrecista occidental que se fue a la guerra contra el bloque del Este, el campeón soviético miembro del PCUS, el disidente que se refugió en Occidente y el heterodoxo hijo del cambio al menos jugaban en un mundo donde las extravagancias quedaban enmascaradas por la tensión política internacional. ¿Pero estos dos individuos, Krammnik y Topalov, Topalov y Krammik, quienes se creen que son? ¿Estos individuos se creen que les conoce alguien fuera del mundo del ajedrez, al que están dejando por los suelos? Sí, quizá en el momento en que este espectáculo llegue al público general (esperemos que no lo haga) pasen a ser conocidos. Aunque quizá la gente no se acuerde de sus nombres y generalice llamándolos los meones, y no importará quién sea el culpable de la situación, si el extravagante que visita tanto el baño o el campeón que no está a la altura de su corona y que si le gustan tanto este tipo de cosas podría aprender de Spassky y de su comportamiento ante las rarezas de Fischer.

Yo, de verdad, si alguien de fuera del ajedrez me pregunta por esta situación va a ser muy difícil de explicar sin usar sinónimos de raro o friki. Pena de guión que se ha perdido para una película de Esteso y Pajares. Por favor que se dediquen a jugar ya o que directamente se suspenda el match, y se quede vacante el título en espera del próximo ciclo. Nos ahorrarán vergüenza ajena, pero también propia de ajedrecistas, porque si ellos no la sienten quienes les seguimos sí.


Esteso y Pajares