¿Es lícito decidir una partida por lanzamiento de moneda cuando las tablas no sirven a ninguno de los jugadores?
Periódicamente asistimos en torneos regionales, fundamentalmente clasificatorios o para alcanzar una determinada categoría, a últimas rondas esperpénticas donde se produce la situación descrita. Dos jugadores ven como su partida irremisiblemente se encamina hacia unas tablas que no les valdrán a ninguno de los dos pero que beneficiarán a un tercero. Disimuladamente se alejan del lugar de juego, lanzan una moneda al aire y el perdedor casualmente se deja una pieza o directamente abandona.
Esta situación se ha hecho tan habitual en los torneos que el tercero en discordia ya sabe que no se harán tablas en esa partida y parece asumirlo con naturalidad, quizá con un guiño de complicidad pensando yo hubiese hecho lo mismo.
Y luego dicen que el ajedrez no es juego de azar … ¿has presenciado alguna escena como esta? ¿algún método más sorprendente? ¿a mayor escala?